En
busca de un lugar
CRISTINA ROCHAIX
El interés por la finalidad estética fue el inicio del recorrido de la
búsqueda desde lo plástico. El color, la línea, los planos, espacios que se
crean para poder encontrarse. Estos comienzan a tener un rol diferente mientras
se transforman en volúmenes, figuras geométricas y colores que van cambiando de temperatura.
Todos estos elementos plásticos comienzan a jugar entre ellos y a ocupar un lugar
en la tela.
Después de la preocupación por la estética como proceso
creativo empieza a aparecer el asunto,
el tema que invoca una forma particular, personal y subjetiva que la compromete
con su historia. Aquí surge la necesidad de pensar en un motivo que es
Stonehenge, esa construcción megalítica
del período Neolítico de unos 3000 años A.C. que hasta hoy no sabemos su
función original. En su pintura Reenvio a Stonehenge los espacios verdes aluden a la tranquilidad y
parsimonia de sus campos, pero en este caso
estos espacios están delimitados
por líneas rojas que resguardan un área específica. Este perímetro tan
pregnante para la vista del espectador actúa como frontera de un lugar elegido
y cuidado donde el hombre puede guarecerse de las contingencias del mundo.
Así es como Cristina Rochaix comienza a pensar en la
arquitectura.
Ahora en Arquitecturas la significación de sus obras va a tener otra
resonancia para la mirada del espectador.
Si comenzamos a observar sus pinturas vemos que hay una necesidad de
ordenar el espacio, medirlo, confrontarlo con otros donde va construyendo un entramado de líneas. Estas
forman un área que se van yuxtaponiendo en el espacio pictórico. Delante de
este espacio aparece el dintel y el pilar a modo de portal que representa a la
arquitectura de los orígenes de la humanidad. Esa estructura de tres es la que
sostiene la entrada a su propia búsqueda artística, que resignifica el punto de
partida de su proceso de creación. Ese modo de
construir básico de la arquitectura que
sostuvo con firmeza las primeras edificaciones, aquí presenta una inestabilidad
pronunciada dada por líneas que atraviesan esa entrada o dinteles que no apoyan
sobre los pilares dando cuenta de una función
no lógica de los elementos que desestabilizan el sistema constructivo y
ponen en riesgo el refugio del hombre. En este punto es donde nuestra artista
se conecta con nuestra contemporaneidad, mostrando las ambigüedades,
disonancias, obstáculos y sugiriendo al espectador nuevas posibilidades,
caminos y recortes a develar. La
circulación de la mirada entre las formas elementales a través de las diversas direcciones focaliza en el
movimiento y en las sensaciones. De esta manera interviene el espacio de la
tela dando cuenta de un mundo para conocer y un lugar que buscar para poder ser.
Lic. María Alejandra Sculli
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